Un coche de GLP requiere una preparación adecuada para el invierno, es decir, una inspección técnica. No es recomendable esperar con ella hasta el último minuto, ya que permitirá reducir el consumo de gas y minimizar el riesgo de daños en el motor a temperaturas negativas. En el presente artículo sugerimos a qué prestar atención durante la inspección de un coche con sistema de autogás.
Las inspecciones del sistema GLP deben realizarse con la frecuencia recomendada por el fabricante. La primera visita al taller debería tener lugar una vez recorridos 10 000 km. Sin embargo, si el kilometraje de su vehículo es bajo, debería ir al taller una vez al año, preferiblemente en otoño, antes de que la temperatura exterior caiga por debajo de cero. ¿Qué se debe tener en cuenta al realizar una inspección invernal del sistema de gas?
Uno de los primeros pasos a dar durante la inspección invernal del sistema de gas es comprobar su hermeticidad en las conexiones de las tuberías. Para ello, es recomendable acudir a un taller especializado de automóviles, donde los profesionales utilizan un dispositivo portátil, denominado detector de fugas. Este dispositivo detecta y localiza cualquier grieta y señalará su existencia con señales sonoros y diodos parpadeantes.
Otro paso muy importante en la inspección invernal de los sistemas de GLP es la sustitución de los filtros. «Los filtros protegen el motor del coche contra los contaminantes que entran en el depósito junto con el combustible durante el repostaje. Hay que tener en cuenta que los contaminantes aceitosos pueden bloquear los inyectores de gas, impidiendo así la conmutación de gasolina a gas. Cuando la temperatura exterior desciende por debajo de cero, los contaminantes actúan como pegamento y bloquean los pistones del inyector, haciendo que el motor se apague al conmutar el combustible. Estoy convencido de que a ningún conductor le gustaría estar expuesto a altos costos por negligencia consistente en no reemplazar oportunamente los componentes del sistema de autogás. Vale la pena puede abordarlo con la suficiente antelación», dice Marcin Dziewiątkowski, Especialista Técnico de AC S.A., fabricante de los sistemas de GLP/GNC STAG.
Aunque la sustitución de los filtros es una actividad sencilla y no debería plantear dificultades a un conductor experimentado, en este caso es mejor confiar en los conocimientos y la experiencia de los mecánicos que se asegurarán de que los ajustes del sistema GLP no se modifiquen durante el proceso de sustitución. También hay que tener en cuenta que pasar por alto la sustitución oportuna de los filtros puede causar graves daños al conductor, por ejemplo, un mayor consumo de gas, pérdida de potencia al acelerar, un funcionamiento desigual del motor o su apagado imprevisto al trabajar con gas. Bajo los capós de los vehículos con sistemas de gas populares de la llamada generación VI, es decir, con inyección secuencial de gas, podemos encontrar dos tipos de filtros: de fase líquida y de fase volátil, que deben ser sustituirse después de recorrer 10 000 km.
«Otro elemento del sistema de autogás que requiere un especial cuidado antes del invierno son las bujías de encendido. Hay que recordar que un motor alimentado con gas funciona en condiciones diferentes que en el caso de la gasolina. La diferencia más importante es la mayor carga del sistema de encendido. Esto, a su vez, acorta la vida útil de las bujías de encendido, y las bujías de encendido defectuosas impedirán que un coche se encienda a bajas temperaturas», añade Marcin Dziewiątkowski, Especialista Técnico de AC S.A., fabricante de los sistemas de GLP/GNC STAG.
La última operación a realizar durante la inspección invernal es el ajuste del sistema de GLP. Si no lo hace, el vehículo puede consumir más combustible del que debería. Esto puede evitarse mediante una calibración realizada en un taller de automóviles, donde los especialistas la realizarán utilizando un ordenador conectado al automóvil. Además, la calibración garantizará una conducción suave y reducirá el riesgo de sacudidas al conducir, aumentando así la seguridad y el confort de uso del vehículo.
Las medidas anteriores son suficientes para que el sistema de gas funcione correctamente en invierno. Así, durante los próximos 10 000 kilómetros, el conductor podrá disfrutar de una conducción sin problemas y calcular el ahorro que supone utilizar un combustible más barato y respetuoso con el medio ambiente que la gasolina.